Entre el lunes 15 de junio y el domingo 21 se celebra la semana mundial sin carne, y lo hacemos en una España que se ha convertido ya el país de la UE que más carne consume. Según los últimos datos disponibles de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en España estamos consumiendo más de 100 kg de carne por persona y año. Esto equivale a unos 275 gramos diarios, cuando las recomendaciones científicas internacionales marcan unos 300 gramos y las estatales entre 300 y 375 gramos a la semana.
De cara a alcanzar unos niveles saludables y sostenibles, en España tenemos que reducir un 84% nuestra ingesta actual de carne. En España las emisiones que nos han llevado a estar en emergencia climática han bajado un 2,2% en el 2018, pero las de la ganadería han aumentado y suponen ya casi el 70% de las emisiones del sector agrícola español. Asimismo, la contaminación de acuíferos por nitratos y la emisión de amoníaco, asociadas al crecimiento exponencial de este tipo de ganadería, llevó a la Comisión Europea a abrir otro procedimiento de infracción contra España.
La recomendación oficial de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) es consumir como máximo 125 gramos por persona semanales de carne roja y procesada, y 325 gramos por persona semanales de carne blanca, «mientras que los españoles consumen 1.995 gramos semanales», según el informe. Diversos estudios resaltan especialmente que la población infantil española come entre 3,5 y 4 veces más carne que el máximo recomendado, 3,5 veces más carne roja y entre el doble y el triple de procesada, sobre todo embutidos, cuando la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria recomienda que los niños coman carne sólo entre 5 y 8 veces a la semana.
La antropóloga Margaret Mead afirmaba que se cambia de religión más fácilmente que de dieta, y sin embargo debemos de modificar sustancialmente nuestra dieta y nuestros estilos de vida.