Desde GARÚA presentamos junto a FUHEM tres cuentos de animación sobre agricultura ecológica y comercio local dirigida a los más peques el domingo 24 de septiembre de 11 a 12h en el auditorio de La casa del Reloj. Una actividad enmarcada en la FERIA de la Economía Social y Solidaria.
Mariana, Roberto y Salustiniano son 3 personas campesinas que se enfrentan a tres problemáticas distintas… y que todas tienen que ver con la industrialización de la agricultura y la falta de respeto al medio ambiente.
Son personajes de ficción pero encarnan problemas que son muy reales. A través de estos dibujos animados, dos actores nos explicarán cómo estros héroes campesinos son capaces de afrontar los problemas que atañen a la soberanía alimentaria y a la agricultura tradicional… y nos darán alguna que otra sorpresa.
Con esta actividad pretendemos sensibilizar a los más pequeños en la alimentación saludable y sostenible. Pero la iniciativa no se queda solo ahí, sino que estos tres cuentos audiovisuales tienen su complementariedad perfecta en la guía didáctica “Alimentar otros modelos” dirigida a profesorado con la que pueden llevar estos contenidos ecosociales al aula, desde infantil hasta ESO. Un material editado en el marco del proyecto ALIMENTAR EL CAMBIO que impulsamos en colaboración con la Fundación Daniel Nina Carasso.
El sistema agroecológico: una herramienta básica
Esto es fundamental, ya que el sistema agroalimentario industrial es uno de los principales causantes de la crisis ecosocial en curso. El sistema agroecológico es una herramienta básica para enfrentar problemas de primera magnitud como el cambio climático o el hambre y FUHEM está especialmente comprometida con la formación de personas que cuestionen el status quo y tengan herramientas para enfrentarse a la crisis multidimensional que vivimos actualmente.
De esta forma, la alimentación proporciona un medio para abordar muchas cuestiones importantes en la formación escolar. Por ejemplo, la comida es un espacio predilecto para trabajar la psicomotricidad, la potenciación de los sentidos, o para enseñar las normas de convivencia. También, la ecología, la modificación del paisaje, el sistema global de producción y consumo, o las relaciones entre los diferentes sectores productivos. Y, por si todo esto fuera poco, la comida es un buen vector educativo porque es muy importante en nuestra vida cotidiana. Es determinante en la salud de las personas, pero también desde la perspectiva vivencial. Es un foco central de nuestras conversaciones, un componente clave de nuestra vida social y familiar. Dada la centralidad del alimento para la existencia humana, no podemos desperdiciar su potencial como herramienta educativa.
Además, hacer esto introduciendo el componente de las metodologías creativas y del entretenimiento a través del arte audiovisual hace de esta actividad una combinación muy atractiva para pasarlo bien, a la vez que los más pequeños, y también los mayores, aprendemos juntos.