Múnich, con una población de alrededor de 1,5 millones de personas, es la tercera ciudad más grande de Alemania. Desde el año 2002, Múnich ha tomado diferentes medidas para fortalecer la contratación publica sostenible y promover el comercio justo en productos textiles, materiales de oficina o alimentación.
Su acción en materia de alimentación esta regulada por un Decreto de octubre de 2013 que requiere que el 50% de los alimentos que se sirven en las guarderías municipales sea orgánicos, siendo del 90% en el caso de la carne.
Otros criterios que figuran como especificaciones técnicas en las licitaciones para guarderías y escuelas incluye que todos los huevos sean de producción orgánica, y los productos pesqueros sean de producción orgánica o que tengan algún tipo de certificación sostenible. Igualmente, no están permitidos los alimentos transgénicos y los productos que han sido tratados con radiación ionizante.
Además, los contratos se adjudican a la oferta económicamente más ventajosa, es decir, la oferta con la mayor cantidad de puntos de valor, teniendo en cuenta la siguiente ponderación:
- Precio (40%).
- Variedad de productos(25%).
- Apariencia, sabor y textura de los platos (25%). Este criterio es valorado por nueve catadores entre los que se incluyen los compradores, miembros de las Asociaciones de Padres y Madres (AMPAs), y el personal de cocina.
- Necesidades de los usuarios (5%)
- Otros aspectos sociales y ambientales(5%), como la incorporación de productos de comercio justo.
Las condiciones del contrato también comprenden un requisito para evitar el material de embalaje en la medida de lo posible, dando prioridad a la reutilización del mismo; así como a la formación del personal. De hecho, se requieren cuatro cursos de capacitación (de tres horas cada uno). Finalmente los padres y madres pueden pedir una pequeña degustación gratuita del menú semanal.
Con este proyecto, Múnich nos enseña que es importante asegurar el compromiso de todas las partes involucradas (es decir, la administración, el personal, los padres y las madres, los escolares, etc.) para promover una comida colectiva más nutricionalmente equilibrada, con un menor impacto ambiental y más satisfactoria.
Para conocer más sobre esta experiencia y otras similares, no dudéis en consultar la página web de la Comisión Europea.
Noticia publicada en MENSA CÍVICA.