La pandemia está provocando la vuelta al cole más incierta de los últimos tiempos, aunque Gobierno y comunidades autónomas han acordado que los centros educativos se mantendrán abiertos y asegurarán los servicios de comedor, siempre y cuando la situación epidemiológica lo permita.
El comedor se ha reivindicado por su carácter educativo, su importancia a la hora de abordar los hábitos saludables, su relevancia para garantizar el derecho a la alimentación de las familias más vulnerables o el papel esencial que juega para hacer viable la concilaición. Desde las distintas administraciones se ha confirmado el carácter esencial y prioritario que tiene el comedor, ya sea en el propio colegio o mediante fórmulas para que se puedan llevar la comida a casa.
Los comedores presenciales se encontrarán organizados siguiendo turnos de comida, grupos burbuja, separación física, puestos fijos para cada alumno/a, limpieza extrema, monitores con bata, gorro, mascarilla y pantalla… . El alumnado de infantil comerá en sus clase y el de primaria lo hará en dos turnos: estarán separados dos metros, tendrán que lavarse las manos al entrar y al salir, y siempre se sentarán en el mismo lugar. Una vez lleguen al comedor, la comida estará ya servida, se respetarán los grupos burbuja, no habrá nada colgado en las paredes, los niños no podrán servirse agua -serán los monitores- y habrá una exigencia máxima en mantener una buena ventilación.
Aunque no sea la situación ideal, la importancia otorgada a la continuidad de este servicio es una buena noticia.
Desde la página Restauración Colectiva han recopilado una información detallada para cada una de las distintas Comunidades Autónomas: AQUÍ.