La semana pasada se publicaba en la revista British Medical Journal (BMJ) la primera investigación científica que vinculaba el consumo de comida ultraprocesada, como refrescos, cereales o tartas industriales, con el aumento del riesgo de padecer cáncer. Y otro dato que cifra la importancia de este hallazgo sería que este tipo de alimentos supone el 50% del consumo de la dieta de una persona en muchos países enriquecidos, según una investigación de la Universidad francesa de la Sorbona y de la brasileña de Sao Paulo.
Un cambio hacia modelos más saludables y sostenibles en los comedores es imprescindible.