Tras 13 meses de proyecto, La Ecomarca ha distribuido alimentos ecológicos y de proximidad en 16 escuelas infantiles, con más de 1750 menores de 3 años y 345 trabajadoras.
Desde hace más de 12 años, La Ecomarca, la distribuidora agroecológica gestionada por Garúa, ha facilitado el acceso a alimentos ecológicos y de proximidad a cientos de consumidores y consumidoras responsables de la Comunidad de Madrid. En 2023 dio un paso más en su misión con el proyecto La Ecomarca Alimenta el Cambio, que ha contado con el apoyo de la Convocatoria de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Fundación Montemadrid y Caixabank, para ampliar su oferta a centros escolares.
Durante los últimos 13 meses, hemos distribuido alimentos saludables en 16 escuelas infantiles municipales de la ciudad de Madrid, mejorando la calidad de la alimentación de más de 1.750 niños y niñas de hasta tres años, y la de 345 personas adultas que trabajan y comen en estas escuelas, de lunes a viernes, durante 10 meses al año. A continuación exponemos los impactos que está teniendo este proyecto en la salud de las comunidades educativas y en el medio ambiente, así como su importancia para el impulso de las economías rurales.
1. Alimentación saludable en la primera infancia
La nutrición durante los primeros años de vida es fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de niños y niñas. La Ecomarca garantiza una oferta de alimentos ecológicos de alta calidad, y de productores y productoras certificadas. Así, cada día, los y las comensales de las escuelas reciben alimentos sanos y libres de pesticidas, creando una base sólida para su salud y ayudándoles a desarrollar buenos hábitos alimentarios.
Además, el proyecto no solo busca un impacto positivo en la salud del alumnado, sino que amplía los beneficios a los y las trabajadoras de las escuelas.
2. Distribuidora transparente que apuesta por precios justos.
La Ecomarca se caracteriza por su transparencia. Trabajamos directamente con proyectos pequeños y medianos, que en muchas ocasiones no pueden cumplir con las exigencias de distribuidoras o supermercados convencionales. Los y las productoras son quienes ponen el precio a sus productos, y la Ecomarca es clara y transparente en los márgenes de intermediación que aplica, sustancialmente menores que los de la distribución convencional. Esto apoya directamente la economía de quienes producen alimentos, que reciben una compensación justa por su trabajo, y refuerza la confianza de escuelas y familias en la cadena de suministro.
La relación directa y bajo estos parámetros con productores y productoras ecológicas permite el mantenimiento de proyectos pequeños y medianos, aquellos mejor adaptados a las condiciones de cada territorio, sin depender de intermediarios que presionan los precios a la baja, abocando a los y las productoras a precarizarse, desaparecer o intensificar la producción.
3. Fomento de las economías locales.
La Ecomarca prioriza la compra de alimentos producidos en el centro peninsular, impulsando las economías locales y contribuyendo a reducir la huella de carbono asociada al transporte (menor consumo de combustible y menor generación de emisiones de gases de efecto invernadero). Los alimentos de la Comunidad de Madrid (legumbres, huevos, verduras y hortalizas), Guadalajara (leche), Ávila (galletas, harinas) o Valladolid (yogures), se complementan con proyectos de Cataluña (arroz, pastas) o Córdoba (aceite de oliva), para poder responder a todos los grupos de alimentos que requieren los centros. ¡Y es que en Madrid vivimos muchas personas, pero muy pocas producen alimentos!
Así, con la Ecomarca contribuimos a un sistema alimentario más justo y sostenible, en el que los y las productoras son reconocidas como piezas fundamentales. Esta apuesta por una economía de proximidad, en la que se paga un precio justo por los productos, es también un incentivo para que más explotaciones agrarias se sumen a la producción ecológica.
4. Adaptación a las necesidades de las escuelas.
La Ecomarca ofrece un servicio flexible que responde a las demandas específicas de las escuelas. En primavera de 2023, por ejemplo, incorporamos cereales no azucarados para el desayuno y cuscús, ofreciendo a los centros más posibilidades para sus menús saludables. Esta capacidad de adaptarse a sus necesidades muestra la disposición de La Ecomarca para trabajar mano a mano con las escuelas, proporcionando opciones variadas y sanas.
5. Beneficios ambientales de la producción ecológica y la distribución sostenible.
Uno de los objetivos de La Ecomarca es reducir el impacto ambiental de la distribución de alimentos. En este ámbito, utilizamos un vehículo de bajas emisiones para los repartos. Por otra parte, al priorizar productores y productoras locales y ecológicas, promovemos un sistema alimentario que consume menos recursos y genera menos emisiones que los modelos convencionales.
La agricultura ecológica prescinde de pesticidas y fertilizantes sintéticos, ayudando a mantener la salud del suelo, el agua y la biodiversidad. En ganadería ecológica, las buenas condiciones de vida de los animales reducen radicalmente el uso de antibióticos frente al de granjas industriales, protegiendo con ello la salud de las personas y el medio ambiente.
En definitiva, al promover prácticas ecológicas, La Ecomarca contribuye a crear un sistema alimentario que podrá sostenerse en el tiempo sin comprometer el planeta del que depende el presente y futuro de los niños y niñas que hoy acuden a diario a las escuelas infantiles.
6. Expansión y futuro de la Ecomarca en escuelas infantiles.
Con su enfoque innovador, La Ecomarca no solo sigue creciendo en variedad de alimentos ofrecidos, sino que también continúa trabajando para integrar a más escuelas en su red. Cada vez más familias y centros educativos buscan opciones sostenibles y sanas, y el trabajo de divulgación de La Ecomarca desde 2023 ha facilitado esta transición hacia un consumo más responsable.
La Ecomarca Alimenta el Cambio en las escuelas infantiles de Madrid está marcando una diferencia al ofrecer un modelo que combina salud, sostenibilidad y justicia económica. Al conectar directamente producción ecológica con escuelas, beneficia tanto a las comunidades escolares como a los y las productoras, contribuyendo además a la protección del medio ambiente.
Iniciativas como La Ecomarca Alimenta el Cambio demuestran que es posible sumistrar alimentos ecológicos y de proximidad a centros educativos que siguen criterios de compra pública responsable de alimentos (siempre que gestionen presupuestos acordes a dichos criterios de calidad y compromiso socioambiental), como es el caso de la Red de Escuelas Infantiles Municipales de Madrid. Al hacerlo, cuidamos de la salud de los niños y niñas, promoviendo un sistema alimentario más justo. Es el turno de otras administraciones que deseen apostar por una alimentación saludable y respetuosa con el planeta.