La Consejería de Educación publicó en julio el resultado de su licitación para la gestión de los comedores de los CEIPs madrileños. Se trata de una especie de «homologación» previa a la elección final que, a partir del 1 de septiembre, realizará cada colegio. Te contamos los detalles de esta selección y algunas ideas para inicidir en ella.
La selección de las empresas que gestionan los comedores de los colegios públicos madrileños se desarrolla en 2 fases. En la 1ª, la Consejería ha adjudicado el Acuerdo Marco para la prestación del servicio de comedor escolar en los centros docentes públicos no universitarios de la Comunidad de Madrid y actuaciones complementarias inherentes al mismo, dividido en 267 lotes. Cada CEIP está ubicado en un lote (puedes consultar el tuyo en el Anexo VIII del Pliego de Cláusulas Administrativas). En la entrada anterior del blog puedes encontrar un video en el que resumimos los elementos principales de esta licitación.
A principios de julio se publicó el resultado del Acuerdo Marco: el listado de empresas adjudicatarias, sus puntuaciones en función de una serie de criterios, y los lotes a los que puede optar cada una de ellas. No hemos localizado ningún documento que incluya un listado de las empresas adjudicatarias para cada lote (así que toca mirar empresa a empresa).
Llega el momento de la verdad
El 1 de Septiembre arranca la 2ª fase, en la que cada centro elegirá la empresa con la que firmará el contrato de gestión»basado en el acuerdo marco, después de evalúar una serie de criterios definidos por la consejería.
El proceso es el siguiente:
1º La Dirección debe invitar a todas las empresas adjudicatarias del acuerdo marco (fase 1) para su lote (en contratos inferiores a 214.000€/año, basta con invitar a 3 empresas).
2º Las empresas tienen un plazo de 7 días para enviar sus propuestas.
3º Los centros valoran las diferentes ofertas, «aplicando única y exclusivamente los criterios de adjudicación establecidos en el apartado 6 de la cláusula 1» del pliego de clausulas administrativas, pudiendo obtener un maximo de 36 puntos. Estos criterios son:
- Plan de coordinación del personal de la empresa con la dirección del centro: hasta 3 ptos.
- Propuesta de actividades antes y después de la comida y aportación de material de apoyo necesario: hasta 20 ptos.
- Mejoras en la prestación del servicio (menús culturales/religiosos, puertas abiertas anual, plan de gestión de RSU): hasta 5 ptos.
- Temporada (5) y ecológicos (3): hasta 8 ptos.
Para valorar el criterio 4 se aplica una fórmula, mientras que los criterios 1, 2 y 3 se evalúan mediante juicio de valor, siguiendo unos epígrafes claramente definidos por la Consejería en los pliegos. La imagen inferior muestra los epígrafes a valorar para el criterio 2. En este documento puedes encontrar los detalles de cada criterio (epígrafes, formas de acreditación…) así como la valoración que hacemos sobre su definición y aplicabilidad.
A modo de ejemplo, la definición de los criterios de temporada y ecológicos no es objetiva y resulta insuficiente: no incluye calendarios de temporada de referencia, ni define las variables a las que aplicar los porcentaes indicados (¿peso? ¿número de alimentos?). El resultado de esta deficiente redacción (nos preguntamos si premeditada) ya lo conocemos del acuerdo marco previo: será imposible comprobar en la práctica el cumplimiento de los criterios de temporada y ecológicos, y por lo tanto, penalizar a las empresas que incumplan.
Al resultado de esta valoración (máximo 36 puntos) se le suman los puntos de la primera fase (máximo 64), obteniendo así las puntuaciones totales de todas las empresas adjudicatarias, y la empresa «ganadora» con la que se firmará el contrato basado de gestión.
Claves del proceso
1. La puntuación obtenida por las 69 empresas adjudicatarias en la primera fase del proceso está muy apretada: la mayoría han obtenido entre 61 y 64 puntos. Por lo tanto, las valoraciones que hagan los centros serán determinantes.
2. Testimonios de muchas personas conocedoras de los comedores coinciden en un aspecto: los recursos disponibles en los centros escolares son claramente insuficientes para que el servicio de comedor se desarrolle con un nivel de calidad pedagógica (o nutricional) deseable, equiparable al de los tiempos lectivos. Incluso se quedan muy lejos de los recursos necesarios para cumplir con las condiciones que definen los pliegos. Por ejemplo, resultan claramente insuficientes el tamaño, duración de jornada, formación y salarios de los equipos de monitoras; los tiempos y espacios disponibles para las comidas resultantes de comedores raquíticos; la disponibilidad del equipo directivo para desarrollar una buena labor de seguimiento, etc. Así, buena parte de la definición del servicio de comedor en la documentación oficial resulta en la práctica un brindis al sol, favoreciendo así que la selección de la empresa se aleje de los criterios planteados por la Consejería (gusten más o menos), y se centre en otros aspectos o necesidades de los centros.
3. Los equipos directivos son los responsables de evaluar las propuestas. Si imaginamos lotes que hayan podido ser adjudicados en 1ª fase a 15, 20 o más empresas, implicarán un volumen de trabajo ingente (de muy poca utilidad dado el contexto descrito), ¡¡¡a desarrollarse en el momento de planificación y puesta a punto del centro para todo el curso escolar!!!. De las ofertas recibidas y las evaluaciones realizadas se debe informar en el Consejo Escolar.
4. La participación de las AMPAs o comisiones de comedor en dicha valoración dependerá de cada centro: su cultura de participación, el interés y capacidades de aquellas, etc. En el contexto descrito de evidentes carencias de recursos y un proceso de selección alejado de la realidad, pensamos que la mejor estrategia para que las familias puedan participar en la selección de empresa (como vía para mejorar el comedor, no lo olvidemos) pasa por el desarrollo de complicidades recíprocas con el equipo directivo, responsable de la decisión en último término.
En las próximas semanas se elegirá la gestora del comedor de más de 800 colegios públicos madrileños, para los próximos 2 años, que se podrían prolongar 2 más. El modelo de gestión (y adjudicación) elegido por la Consejería condena a los comedores a la mediocridad pedagógica, nutricional y socioambiental. Este «campo de juego» tan hostil nos condena al conflicto entre comensales, monitoras, cocineras, familias, direcciones y empresas, por muy buenas intenciones que tengan todas las partes; y en particular, si desde las familias se cuestionan algunas prácticas o se sueña con mejoras.
El Gobierno Regional, al que este sistema le resulta tremendamente funcional para que el servicio se mantenga invirtiendo cero euros, en base al acuerdo entre direcciones y empresas de confianza, es el principal responsable de dicha mediocridad. Y ello a pesar de que el comedor implica casi un tercio de la estancia de la mayoría de alumn@s en sus colegios, y que es determinante en la alimentación del alumnado en peores circunstancias socioeconómicas. Un espacio tan importante en la vida de un colegio (¡y en la salud de sus comensales!), penalizado por el formato low-cost elegido por la Consejería de Educación.
Desde Alimentar el Cambio os animamos a familias, direcciones y comisiones de comedor a apostar por la escucha y desarrollo de confianzas mutuas, a intercambiar información de manera prudente, a consensuar las prioridades para el comedor, a ofrecer apoyo a las sobrecargadas direcciones en el análisis de propuestas o labores de seguimiento… Tenemos algunos buenos ejemplos, como colegios donde se han acordado decálogos que se le piden a las empresas, o protocolos para visitas de familias al comedor no avisadas como parte del seguimiento del servicio compartido. Y seguro que hay otras que no han llegado a nuestros oídos.
¡Nuestras escuelas se lo merecen!