Ecologistas en Acción denuncia la deforestación en la Amazonía o el Cerrado, con 2 videos de su nueva campaña #AparcaLaSoja. Desde casa o desde la escuela, podemos contribuir a su protección con dietas menos cárnicas, sin olvidar el papel central de las políticas que rigen nuestra alimentación ¡Nos va la salud del clima-y nuestro futuro- en ello! 

No es nada nuevo: en nuestros pueblos y ciudades se come demasiada carne, huevos, lácteos… Demasiada al comparar nuestras dietas con las cantidades de proteína o grasas saturadas que nos recomiendan los y las nutricionistas. Y demasiada, también, desde el punto de vista de las implicaciones socioambientales de la ganadería industrial (principalmente, granjas de cerdos, aves, huevos y lácteos). La soja, ingrediente fundamental en los piensos con que se alimentan estos animales, es una de las responsables de sus pésimas implicaciones.

Ecologistas en Acción, en el marco de la campaña #AparcaLaSoja, acaba de publicar dos vídeos con diferentes testimonios de los impactos del monocultivo de soja en la Amazonía y la sabana tropical de El Cerrado, dos extraordinarios biomas con las mayores tasas de deforestación de Brasil. Incremento de incendios, violencia contra las comunidades locales, acaparamiento de tierras, contaminación de ríos y acuiferos, pérdida de biodiversidad… forman parte del legado de la soja, exportada a la UE por multinacionales como Bunge y Cargill, fundamentalmente para la producción de piensos para la ganadería.

En el trabajo desarrollado por Garúa de asesoramiento y sensibilización a comunidades escolares para mejorar su alimentación, ponemos el foco en reducir y mejorar el consumo de alimentos de origen animal, tanto en el comedor escolar, como en desayunos, meriendas, celebraciones…

¿Cómo conseguirlo? Sacando carnes procesadas, lácteos o huevos de los primeros platos; introduciendo 1 o 2 días a la semana en los que toda la proteína del menú es de origen vegetal; retirando las carnes procesadas de las meriendas… E incorporando, progresivamente, productos de ganadería extensiva, en las que la base de la alimentación de los animales son pastos, complementados por granos y forrages (de agricultura ecológica en el caso de la ganadería ecológica). Y es que, tanto en sus impactos socioambientales, como en la calidad nutricional de los alimentos producidos, la ganadería extensiva y la ecológica no tienen nada que ver con la ganadería industrial y sus macrogranjas. Para conocer más detalles de una temática tan compleja como esta, te invitamos a leer el resumen del informe Huella ecológica, económica, social y sanitaria de la Ganadería en España, que encontrarás aquí.

La Amazonía o el Cerrado brasileños y sus amenazas nos quedan muy lejos, demasiado lejos; no obstante, podemos contribuir a su protección desde lo que comemos en casa o en la escuela, así como desde las políticas que rigen nuestra alimentación, desde las estrategias alimentarias de algunas ciudades a la PAC europea. ¡Nos va la salud del clima-y nuestro futuro- en ello!