La práctica de la agricultura ecológica a escala global podría proveer de alimentos suficientes al conjunto de la población mundial sin aumentar la superficie agrícola total, según un estudio del instituto suizo FiBL publicado en Nature Communitacions. Para logarlo, la agricultura ecológica debería complementarse con otras medidas como reducir el consumo de productos de origen animal, evitar el uso de piensos concentrados para alimentar al ganado y reducir del desperdicio de alimentos. De ese modo, en un escenario con 9 mil millones de personas en 2050 quedaría asegurada la soberanía alimentaria del conjunto de la población mundial sin necesidad de aumentar la superficie agrícola, al tiempo que se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero y los efectos negativos de los sistemas alimentarios actuales como el exceso de nitrógeno y la alta exposición a pesticidas. Si esa conversión a agricultura ecológica se llevara a cabo sin introducir cambios en los patrones de consumo, sí conllevaría un aumento de la superficie agrícola total.

El trabajo de FiBL muestra cómo combinar las distintas medidas para lograr el resultado deseado. Por ejemplo, si el 60% de la agricultura se convirtiera a ecológico, la utilización de pienso concentrado se redujera en un 50% y el desperdicio alimentario se redujera también a la mitad el resultado sería un sistema alimentario con un impacto ambiental notablemente menor que el actual, con menores emisiones de gases de efecto invernadero, y con un aumento mínimo de la superficie dedicada a la agricultura. La menor disponibilidad de pienso conllevaría, además, la reducción en una tercera parte del consumo de productos de origen animal.

Los autores llaman a que el desarrollo futuro de la agricultura ecológica incorpore estos retos asociados al consumo, y no se centre sólo en los aspectos productivos. Esa combinación haría, por ejemplo, que no sea necesario un aumento de la producción agrícola para alcanzar un sistema alimentario óptimo.

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