Es lo que defiende Carlos Spuch, neurocientífico del Instituto de Investigación Sanitaria Sur y coordinador de la Red Gallega de Investigación en Demencias. Ahora tiene entre manos un proyecto piloto que intenta probar que la dieta ecológica es capaz de disminuir la actividad inflamatoria en el intestino.

En una entrevista que recogemos íntegra abajo, destaca: 

  • “Cuando eres niño, si ingieres un tipo de grasa determinado, hidratos de carbono en exceso y además hay déficit de proteínas, se modifica el neurodesarrollo y eso va a tener consecuencias en la edad adulta”.
  • La mejor dieta es aquella en la que comes de todo y variado. Las grasas no se deben eliminar nunca por completo. Son muy importantes para el sistema nervioso. El 70% del cerebro está compuesto de grasa y nuestras neuronas la necesitan para funcionar. ¿Qué sucede entonces cuándo llevas una dieta alta en hidratos y baja en grasa? Que el desarrollo del cerebro no es bueno. Hay estudios que demuestran que los niños que consumieron pocas grasas tienen un desarrollo cognitivo un poco más lento. Son normales, pero les lleva más tiempo resolver problemas o reaccionar frente a ciertas cosas”.
  • Lo perjudicial es tomar siempre productos procesados. Por otro lado, es positivo que surjan tendencias bio. Poco a poco, la ciencia demuestra que la dieta de nuestros abuelos era mejor que la de hoy”.
  • “Cada vez salen más estudios que verifican que ciertos plaguicidas con una alta concentración en alimentos provocan problemas crónicos en nuestro cuerpo. Por eso, soy un defensor del producto ecológico: lo más importante no es lo que tienen, sino lo que no tienen”.
  • “Entre la década de los 80 y los 90, un estudio demostró que había pacientes de alzhéimer con un elevado niel de DDT en el cerebro. A raíz de las presiones del Gobierno sueco, se acabó prohibiendo (se permite su uso en algún caso). También hay evidencias de que ciertos plaguicidas constituyen un factor de riesgo para el párkinson. Basta con hacer la prueba con una rata: si inyectas el compuesto en cuestión en su cerebro, matas sus neuronas. Ese es el modelo del párkinson. La mayor parte de los pesticidas se utilizan para controlar plagas y malas hierbas, pero muchos tienen efectos neurotóxicos. Se acumulan en niveles muy elevados en frutas y verduras que nosotros ingerimos después y, por lo tanto, pasan a nuestro organismo”.
  • El producto ecológico no tiene ningún tipo de químico. Y además suele ser un producto de proximidad: madura de forma natural en la huerta durante el tiempo que necesita y llega más rápido a los puntos de venta. Esos antioxidantes tan beneficiosos para la salud de los que tanto se habla, son compuestos que producen las frutas y verduras para luchar contra la exposición solar o contra el ataque de bacterias y hongos. ¿Y eso qué significa? Que no es lo mismo comer una fruta que madurase al sol que otra que lo hiciese dentro de una cámara. En la medida de lo posible, hay que consumir productos de tu región y de temporada. Es hora de asumir que no se pueden comer fresas todo el año porque no se producen. Cada alimento tiene su época. Solo con eso, sería suficiente para provocar el boom económico de una determinada zona”.
  • “Nuestro grupo tiene entre manos un proyecto piloto con pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Además de analizar los niveles de inflamación del intestino, también recogemos datos sobre la presencia de ciertos pesticidas en la orina. Después de modificamos sus hábitos alimenticios y les ponemos una dieta ecológica. A los 15 días volvemos a evaluarlos. Esperamos que la dieta ecológica disminuya la actividad inflamatoria en el intestino y que mejore su estado de salud general”.

Aquí podéis leer la entrevista íntegra: https://www.craega.es/es/gl-carlos-spuch-o-importante-dos-produtos-eco-e-o-que-non-tenen/?fbclid=IwAR0hVBhfGtjorR87cYPcZljuBtqMBO0-hsiWxr61sE63eC1hxUdYDZU_EOs#.XPFbctf7mlc.facebook