El abuso de antibióticos en la ganadería intensiva (porcina, aves y lácteos principalmente) favorece el desarrollo de bacterias resistentes a este tipo de medicamentos, constituyendo una de las amenazas más serias para la salud pública mundial. Se calcula que más de 35.000 personas mueren cada año en el Estado español por culpa de la resistencia a los antibióticos. Si tu dieta es omnívora, elige alimentos de ganadería ecológica o extensiva.

 

SU USO Y ABUSO EN LAS GRANJAS INTENSIVAS PARA CARNE

La mayor parte de los antibióticos no se administra a animales enfermos, sino sanos. Esta práctica se utiliza para poder mantener las condiciones actuales de hacinamiento de miles de animales en las granjas industriales de cerdos, pollos o bovinos. El hacinamiento favorece la aparición de enfermedades, básicamente por la misma acumulación animal y por la situación de estrés, que genera una inmunosupresión crónica. «Antes de que los animales se pongan enfermos se le suministran antibióticos. Esto supone que pagamos la sobremedicación de los animales con nuestra salud».

A diferencia de la ganadería industrial, las mejores condiciones de vida de los animales en las granjas de ganadería extensiva o ecológica (que pueden acceder al exterior, tienen más espacio -cubierto y al aire libre- para moverse, acceden a pastos, etc.) permiten que su estado de salud sea mucho mejor, y por lo tanto no sea necesario el suministro preventivo de antibióticos y otros medicamentos.

El Estado español es líder europeo en el uso y abuso tanto de los pesticidas como de los antibióticos, lo que significa que son dos caras de un mismo modelo productivo. La industria ganadera española usa 402 mg de antibióticos por kilogramo de carne. Eso es cuatro veces más que Alemania (que tiene el doble de vacas y el mismo número de cerdos) y seis veces más que Francia (que tiene tres veces más vacas). El consumo total de antibióticos en salud humana fue en 2016 de 136,38 mg/kg de biomasa (excluyendo receta privada) mientras que ese mismo año fue de 362,4 mg/kg de biomasa en veterinaria. Si en los humanos existe la sobremedicación, en los animales productivos la situación actual es crítica.

La alimentación insana es el factor que más incide en la salud de la población española, a una distancia considerable de otros como el tabaco, el alcohol, las drogas o las enfermedades transmisibles. Y dentro de la categoría de riesgo alimentario, el más importante es el cárnico. En concreto, el 60 % de toda la salud perdida por culpa de una alimentación insana puede atribuirse al consumo excesivo de carne. Los gastos en salud pública relacionados con las enfermedades derivadas del exceso de consumo de carne ascienden a los 7.400 millones de euros (costes directos e indirectos). Esto supone un gasto por persona de 157 euros/año, lo que equivale al 13 % del total del gasto sanitario público por habitante. El negocio de la carne, altamente rentable para la industria cárnica, sale realmente caro al resto de la sociedad.

Por este y otros motivos relacionados con la promoción de dietas saludables y sostenibles, desde Garúa y Alimentar el Cambio recomendamos a los centros educativos con los que trabajamos reducir el número de raciones de carne, lácteos o huevos en los comedores escolares, e introducir progresivamente productos de ganadería ecológica o extensiva.

La ONGD Justicia Alimentaria reclama la prohibición del uso de antibióticos en animales sanos: https://justiciaalimentaria.org/actualidad/reclamamos-la-prohibicion-del-uso-de-antibioticos-en-animales-productivos-sanos

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